En un mundo empresarial tan globalizado, dinámico e incierto como el actual, debes apostar por conseguir para tu modelo de negocio, además de una necesaria rentabilidadpara el presente, una consolidada viabilidad para su futuro.
Cuántas veces hemos pensado cada uno de nosotros que nos ha faltado tiempo para pararnos y pensar, que ahora ya estamos inmersos en otra etapa y que nunca sería lo mismo si pudiésemos retroceder en el tiempo… Eso, en el entorno empresarial, es también el día a día.
Hablo de las decisiones encubiertas en las empresas, de esas rutinarias que luego se catalogan como las tomadas sin analizar su importancia, con premura y rapidez por el entorno en el que nos encontramos. Pues bien, ese tipo de decisiones puntuales pueden llegar a tener una influencia determinante tanto en tu futuro como en el de la compañía que diriges o de la que eres propietario. Es fundamental evitar que te quiten tiempo de ejecutar tus verdaderas competencias de planificación estratégica, solo así lograrás hacer sostenible el verdadero éxito del futuro de tu empresa.
Al final, absorbidos por este mercado globalizado y cambiante ante las nuevas tendencias, nos convertimos, sin saberlo, en unos incansables opositores que deben “luchar” para lograr mantener la más grande y valorada de las herramientas estratégicas; la diferenciación. Esta es la manera en la que se ha convertido nuestro bucle profesional, volver una y otra vez a emprender el reto de conseguir el nicho en el que tanto nos había costado ocupar un pequeño hueco.
Una vez leídos todos los riesgos a futuro que asumimos diariamente sin ser conocedores de ello, debería ser fácil aislarse de la turbulencia diaria y pararse a pensar dónde debe estar nuestro actual modelo de negocio en el medio plazo. También es igualmente importante es valorar si la rentabilidad actual es suficiente como para conseguir consolidar un futuro dentro del sector en el que hoy desarrollamos nuestra actividad.
Sin el diseño e implementación de objetivos estratégicos a medio-largo plazo no hay futuro para las compañías, titular del que, no por dejar de ser conocido, adolece el tejido empresarial de esta tierra. Esa tan conocida pyme debe ser la encargada de seguir marcando el crecimiento económico de nuestro territorio y por tanto seguir incrementando el nivel de empleabilidad como fuente futura de desarrollo. Si dicha empresa no contempla un plan estratégico de viabilidad futura o de rediseño de nuestros modelos de negocio, será mucho más difícil de conseguir y estructuralizar.
Por todo ello aparece la urgente necesidad de analizar y darnos cuenta, por nosotros mismos o atendiendo aportaciones profesionales externas, si hoy verdaderamente SOMOS RENTABILIDAD pero no VIABILIDAD en el futuro. Este análisis será la base de la toma de urgentes decisiones que ganen tiempo al tiempo para no seguir “maniatándonos” bajo esa neutra situación que en el presente nos permite subsistir pero que en el futuro nos condena al abandono.
Llegados a este punto, es importante introducir el concepto de hábito empresarial: no debemos dejar que nuestras compañías, en muchas de las ocasiones y dado nuestro tejido empresarial mayoritario tamaño pyme, sigan sufriendo durante un largo periodo de tiempo las carencias y dificultades estructurales y de desarrollo con las que muchas de ellas conviven y nos hacen convivir.
Debemos dar una oportunidad al crecimiento, asumir riesgo empresarial y con ello evitar que nuestras pymes se estanquen en aparentes rentabilidades de igual manera que intentamos evitar la tendencia a engordar constantemente desde que nos concienciamos que lo primero es cambiar nuestros hábitos. Solo así seremos por fin diferentes y, por tanto, actores principales y abanderados del cambiante nicho de mercado en el que ejecutamos nuestra actividad.
Párate, marca estrategias y objetivos tanto para ti como para tu empresa, aprovecha y pon en valor aquella situación idílica de la que siempre has hablado con añoranza por una errónea falta de tiempo. Consigue esa ilusión profesional y empresarial de disponer de tu tiempo estratégico para marcar objetivos donde intentar implementar vías de negocio nuevas.
Volviendo a los hábitos, ¿no es curioso que durante nuestra etapa de estudiantes tracemos objetivos a medio-largo plazo pero, una vez conseguida esa meta, no continuemos con esa dinámica estratégica?
Ahí fuera, alejado de tu particular entorno empresarial, como en cualquier situación de la vida, hay luz, hay caminos, hay tendencias y hay, con visión estratégica, viabilidad futura para tu modelo de negocio. No todo es suerte en esta vida.
Por Aquilino Medina. Founder & CEO Diseño y Dirección de Estrategia, en AquilinoMedina – Tu estrategia empresarial
